jueves, 25 de marzo de 2010

Bodega Esquina Miraflores

Al don apacible de Santos Reyes, Pancho
Hurtado y Alcides Valero que lidiaron
con buenos y malos humores.

En 1920, el Sr. Martín Corrales establece al final de la calle Miraflores (bajando desde la plaza) la bodega Esquina Miraflores. El nombre de esta pulpería, se debe al sitio donde nació Joaquín Crespo, como también el de la calle enfrente del establecimiento. Los habitantes de San Casimiro de Güiripa vivían, para esa época, del recuerdo de aquellas historias del General Guerra al lado de Joaquín Sinforiano de Jesús Crespo Torres el cual nació en Miraflores de Guacharacas de San Francisco de Cara. Quizás contaban los pormenores del fusilamiento del General Rafael Blanco, hecho ocurrido frente a la plaza, y donde estuvo el Taita Crespo acompañado de los generales Guerra y Pietri. Vivían de las glorias del pasado a pesar de los retratos de Juan Vicente Gómez en las casas de los sancasimireños y de ese otro donde está montado sobre el caballo fogonazo que presidía el salón de sesiones del Concejo Municipal.
Don Martín Corrales es descendiente de aquellos pobladores que encontró el Obispo Martí a su llegada en 1783. Diez de las 94 casas, que estaban en pie en esa fecha histórica, pertenecían a la familia Corrales, cada una con jefe de familia. Probablemente Martín Corrales haya sido hijo o nieto de don Felipe Corrales, gran colaborador de la Iglesia que comenzó a construir el cura José de los Ángeles Gamarra.
Martín Corrales fue un destacado músico que junto a los hermanos Machado, Marcelino Armas, Luis Roberto Casado, Félix Peña, Eleazar Casado, Ciriaco Rojas, Luis Alberto Peña y don Ernesto Vargas “el de la flauta mágica y líricas composiciones”, amenizaron con las mejores retretas y recogieron el alma de los sancasimireños en tiempos de Semana Santa. Fue director brillante de esta agrupación el distinguido compositor don Gil Fonseca.
Entre las atenciones a la bodega, los ensayos musicales y la asistencia al salón de sesiones del Concejo Municipal (quedaba a dos casas de la bodega) transcurría la vida de este honorable sancasimireño. Don Martín Corrales fue Concejal entre los años 1922 y 1925 junto a Pedro Manuel Álvarez Vera, Antonio Torrealba, Nicolás Guevara Díaz, Ramón Emilio Guerra, Francisco Villasana Rodríguez y Jesús María Hidalgo Lecuna. Participó en decisiones importantes en el Concejo Municipal de San Casimiro de Güiripa. Entre estas, dos hechos históricos tocaron el ejercicio edilicio de esta extraordinaria persona. El 30 de junio de 1923 es asesinado el Vicepresidente de la República Juan Crisóstomo Gómez. El otro hecho es la visita del Obispo Lucas Guillermo Castillo Hernández que le dispensa a su pueblo después de ser nombrado Obispo de la Diócesis de Coro. En los dos acontecimientos deja constancia con su firma don Martín Corrales. En el primero extiende el pésame (por telegrama) al presidente Juan Vicente Gómez y en el segundo firma un acuerdo (14 de octubre de 1923) para recibir en noviembre al “virtuoso levita” que se reunirá con su pueblo natal.
Casi 5 años estuvo Martín Corrales al frente de la Bodega Esquina Miraflores. En el tercer trimestre de 1925 le vende al Sr. Ramón Marrero Liendo (Presidente de la Junta Comunal de Valle Morín). El 1º de junio de 1936, la bodega es comprada por el Sr. Ricardo Seijas, como negocio “mixto de víveres, frutos y licores” al por menor bajo la firma de Ricardo Seijas. Luego en el segundo trimestre de 1951 compra la bienhechurías en terreno municipal y en 1972 compra el terreno al Concejo Municipal. En los 48 años que fue dueño el Sr. Ricardo Seijas, estuvieron como dependientes los señores Santos Reyes, Pancho Hurtado y Alcides Valero, este último entre los años 1969 y 1984. En los últimos meses de 1984, el Sr. Ricardo Seijas vende el negocio al Sr. Marino García y a su esposa Reyes Jiménez de García quienes lo conservan por 12 años. En 1996 el Profesor Teófilo Mendoza Plata le compra a los esposos García Jiménez esa histórica reliquia comercial. Estará Mendoza Plata por espacio de 2 años para venderlo el 30 de marzo de 1998 al Sr. Pedro José Narváez Álvarez.
La Bodega Esquina Miraflores, que en este año cumple 90 años de existencia, está en manos del Sr. Alí Aurelio Castro Gámez; integrante de la directiva de la Cámara de Comercio de San Casimiro de Güiripa y destacado beisbolista, quien la compró en octubre del año 2000. En el año 2009 el Sr. Alí Castro, buscando adaptar el negocio a los nuevos tiempos, decide cambiarle el nombre. Comienza bajo una nueva identidad: “Donde Maquinita”, pero todavía conservando su nombre originario en el corazón de los sancasimireños. Después de la Perseverancia, el negocio más antiguo de la población. El nombre nuevo, “Maquinita”, se debe al apodo que le colocaron al Sr. Alí Castro cuando este jugaba beisbol.





Crónicas de un sancasimireño

Salvador Rodríguez

4 de marzo

Todos dejaron testimonio firme de

la mágica cita con la tierra.

Miguel Ramón Utrera.


Esta es una fecha de inagotable importancia en la historia local y es bueno que se muestre cuando San Casimiro de Güiripa celebra sus fiestas patronales. El 4 de marzo es (para mí) el día de mayor significación en la vida de los pobladores de esta chamuscada hondonada. El obispo Mariano Martí llega a este sitio el 20 de mayo de 1783 y es en la estancia que le da don José Reyna donde le echa un vistazo al libro de los santos. Lo examina detalladamente y lee que el pasado 4 de marzo se había cumplido 300 años de la muerte del santo lituano Casimiro. Desde ese mayo de 1783 comienza a llamarse San Casimiro de Güiripa y a celebrar sus fiestas religiosas a partir de 1786 ya que probablemente el primer cura Joseph Raphael Ortíz de Zaráte, quien llegó el 25 de mayo de 1785, le habría dicho a los feligreses de que debían celebrar sus fiestas patronales el 4 de marzo.

Dice un proverbio chino de que: “un largo camino se inicia con un paso breve”. Hoy a 227 años de aquel paso breve de Mariano Martí por la población han sucedido otros de especial relevancia que van delineando la historia de esta comarca.

Otro suceso interesante ocurrió el 4 de marzo de 1834. El Arzobispo Ramón Ignacio Méndez llegó el 28 de febrero del año antes citado. En esta visita el Arzobispo exhorta a los vecinos a que construyan la iglesia que había sido derribada por el terremoto de 1812. Igualmente dictaminó que la piedra de Ara estaba excecrada, sin decir la causa, y la mandó a retirar. Esta piedra de Ara fue enviada a San Francisco de Cara junto el equipaje del Arzobispo. El día 4 de marzo no se pudo realizar la misa ni la festividad del Patrono. Esta situación causó gran asombro y un descontento entre la feligresía, a la que hubo de explicarle que: “según las disposiciones litúrgicas no se puede celebrar misa sino sobre la piedra de Ara, porque contiene en su centro reliquias de algún santo”. Los vecinos quedaron conformes y algunos se dirigieron a sus casas.

El general Rafael Urdaneta, hijo del prócer, y jefe de las fuerzas federales del centro se dirige el 1º de marzo de 1862 a San Casimiro para atacar a Eulogio Gamarra, comandante federalista y nativo de San Casimiro. Ese día se produce un tiroteo entre las tropas del insubordinado Gamarra y los soldados de Urdaneta. Gamarra se va en retirada y Urdaneta se marcha a Cúa para atacar a las fuerzas del Gobierno (mandaba Páez). En las quebraditas, Urdaneta intercepta un correo de Gamarra donde este le manifiesta al comandante Rodríguez Gutiérrez de atacar los dos a Urdaneta. Advertido el hijo del prócer se devuelve para San Casimiro y lo derrota en este sitio el 4 de marzo de 1862 a las 3 de la tarde.

En otro 4 de marzo pero de 1875 se comienza a construir la majestuosa Iglesia de San Casimiro. En el sermón de la santa misa del Patrono San Casimiro, el Cura Dr. Juan José Tovar le propone al pueblo reunido la construcción de un nuevo templo. Al finalizar las ceremonias invita a la concurrencia a realizar un cabildo abierto. Ese día se nombra una junta por Aclamación que preside el Cura Juan José Tovar y la integran además, los señores: Lorenzo Zamora Carpio, Manuel Castillo, General Laureano Carballo, José Vicente Garbán, General Ramón Guerra, Alejandro Jiménez Acosta, Diego J Hidalgo, Demetrio Domínguez, y como tesorero, Lucas Castillo.

Hoy en este 4 de Marzo se está en deuda con estas fechas. Ni siquiera una plaquita modesta que informe de la huella que dejaron del paso por la vida de este pueblo que perpetúe con nombre propio de sus actores la tranquila eternidad. Es bueno que estas generaciones conozcan para que aprendan y puedan hacer suyas las palabras de Octavio Paz de que: “La búsqueda de un futuro termina con la reconquista del pasado”.





Crónicas de un sancasimireño


Salvador Rodríguez