sábado, 18 de octubre de 2008

Doña Consuelo y la Capilla la Coromoto


Obras hacen linajes, no

nombres ni trajes.

Refrán Español.

Los viejos meses de octubre son de partos afortunados por estos soles que a flor de agua del Zuata, Toronquey y el Güiripa se vuelven abrillantados por la timidez de sus cauces. En esos octubres nacieron San Casimiro de Güiripa, la estadal Santa Ana y la escuela que lleva el epónimo del ilustre patriota de origen italiano, redactor del acta de la independencia.

En estos octubres, dejados en el tiempo, se colocó la primera piedra de la capilla de la Coromoto en el vecindario El Loro. La obra imperecedera de doña Consuelo Mota de Villegas brotó el 27 de octubre de 1944, bendecida por el presbítero Ramón María Felip que en enunciación y fortuna expresó “La veo como una orquídea, donde se guarda la imagen de nuestra Señora de Coromoto” y otro sacerdote agregaría “La basílica chiquita de nuestra Señora de Coromoto”.

La obra concebida por doña Consuelo de Villegas la vio materializada en su pensamiento. Tantos eran sus convecinos que venían los domingos a comprar a la bodega que se marchaban luego con ganas de asistir a misa. No había sitio para orar y eran numerosos los lugareños de Monte Oscuro, las Canales, Loro Arriba, Golfo Triste, Hoyo Negro, Casupal y las Adjuntas. Sobremanera los pobladores que los domingos o el 4 de marzo querían ir a San Casimiro para asistir a los oficios religiosos. Eran pocos los que se aventuraban en la vía polvorienta y otros menos esquivaban el batir barro en el paso de la Ciénaga.

Estos males de todos permitieron la idea de doña Consuelo. Se dio a la tarea de construir este pensamiento. Esta matrona de voluntad indoblegable y de perseverancia inagotable se abocó a la recolección de dinero entre sus amigos y conocidos. Tejió los inmaculados manteles para los oficios religiosos. Imagino a doña Consuelo el día que los celadores del establecimiento comercial del vecindario le donaron ¡un mediecito! Puedo verla con su corazón lleno de regocijo. El mediecito se multiplicó en muchos mediecitos y estos en bolívares.

Fueron infinidades de personas e instituciones que la ayudaron en su devoción espiritual. Se podría citar, entre los muchos, al obispo de Calabozo S.E, monseñor Arturo Celestino Alvarez quien dio el permiso para la construcción de la capilla, el difunto Raúl Leoni, Rafael Caldera y Blanco Peñalver donaron, el armonio, monseñor Lucas Guillermo Castillo Hernández donó la imagen de San José, la cual fue bendecida por el nuncio apostólico, monseñor Lombardi. Otras personas le regalaron cemento, bloques y más dinero.

El 7 de enero de 1950 cuando los niños buscaban los regalos dejados por Melchor, Gaspar y Baltazar se ofició solemnemente la misa inaugural de la capilla de la Coromoto del caserío EL Loro.

Este 27 de octubre cumplirá 64 años de haberse colocado la primera piedra de esta obra concebida por la imaginación y el empeño de esta mujer nativa de San José de Guaribe, quien vino a estas tierras a dejar obras en El Loro de sus amores. Igualmente doña Consuelo donó las tierras donde hoy funciona la escuela Luis Roberto Casado, faro cultural que alumbra el día a día de sus pobladores. Gracias a sus diligencias dejó la Unidad Educativa Nacional San Casimiro. Otras tantas son las obras dejadas por esta hija adoptiva de San Casimiro de Güiripa.

Allá en el infinito debe mirar la capilla de nuestra Señora de la Coromoto y decirle a José Casanova Godoy, ¡Gracias Joseito! Por la ampliación y la sacristía de esta basílica chiquita en honor a nuestra PATRONA DE VENEZUELA.

sábado, 4 de octubre de 2008

José R Vegas

De entre las deudas, la más
sagrada es la del reconocimiento.
Benjamín Franklin.



Como el título de esta nota firmó, José Rafael Vegas García, todos sus artículos periodísticos. Nació el 27 de enero de 1916 y sus padres Ángel Rafael Vegas y Herminia García lo hicieron bautizar el 2 de febrero del mismo año con el cura interino Luis Felipe Parra. Sus padrinos fueron Miguel Blanco y Maria de Jesús Blanco. Sus maestros Mercedes de Dupré y Maria Teresa Casado. Vegas, como le decían, vivió con Ángela Ojeda y procrearon dos hijos: Herminia y José (Cheo).

José R Vegas, escribió en periódicos nacionales y regionales. A los 23 años incursionó en el periodismo de opinión, denunciando los problemas y resaltando las conquistas que por su pluma los organismos competentes se enteraban. El archivo personal de este periodista autodidacta da cuenta de sus inicios en el periodismo en el año 1939. Sus más de 700 crónicas y artículos de opinión dan fe de su paso por los diarios La Esfera, El Universal, El Heraldo, El Nacional, El País, El Mundo, Ultimas Noticias, hoy el Diario del Sur y corresponsal de El Imparcial en el estado Aragua.

Como todo buen periodista, fue amante de la música clásica y entre sus favoritos “El Lago de los cisnes” de Chaikowski y se valió de la amistad con gente importante para mejorar las condiciones de los habitantes de su pueblo. Sus cartas confirman lo dicho. El 3 de julio de 1972, Augusto Padrón, cronista de la ciudad de Maracay le envía una carta referente a la petición que había hecho sobre el alumbrado de Gamelotal en Valle Morín, a fin de que se estudiara la posibilidad de esta obra.

Entre sus denuncias se podrían destacar las siguientes: “Escasez y especulación”, escribía en el correo del pueblo de El Universal, “San Francisco de Cara, estampa de un pueblo en agonía” en el diario El Nacional, en 1964 en el diario El Imparcial pedía “Medicinas para el pueblo”. En 1948 escribió en El Nacional sobre la muerte de Ramón López. Son tantas las notas que sería bueno editarlas en un libro.

Este notable periodista cultivó las buenas amistades por medio de cartas. Veamos el contenido de 2 cartas que le envía el poeta y cronista Augusto Padrón a este preclaro hijo de San Casimiro. El 16 de abril de 1973 le dice “He recibido tus cartas del 20 de marzo y del 11 del corriente relativas a mi libro ‘Aragua para Siempre’. Este libro te lo tengo dedicado, junto con el de Eleazar Casado. Espero ir a entregártelos. Cuando vaya a San Casimiro te buscaré para que echemos algunas parrafadas, y recordar así, con Jorge Manrique, que ‘Todo tiempo pasado fue mejor’. Mientras tanto, mi querido José, recibe un abrazo ancho y cordial y mi cariño de siempre”.

De esta otra del 26 de septiembre de 1976 donde le dice “Te envío 30 títulos para la biblioteca ‘Luis Roberto Casado’. Me agrada ver tus inquietudes culturales por tu pueblo, aparte de los intereses diversos que son temas frecuentes en tus justos reclamos en el correo del pueblo de El Universal. Aplaudo sinceramente, esa labor tuya, muy tuya. Pienso que eres el único allá”.

Además de periodista, José R Vegas, fue secretario y prefecto de San Casimiro, secretario de la biblioteca Luis Roberto Casado y secretario del desaparecido Banco Agrícola y Pecuario.

El 28 de junio de 2006, falleció el periodista José R Vegas. Firmó infinidades de crónicas para defender los intereses del pueblo. Lo único que no pudo firmar fue la pensión de vejez. San Casimiro está en deuda con este buen hijo. Bien lo dijo el inventor del pararrayos de que entre las deudas, la más sagrada es la del reconocimiento. Desde esta tribuna del periodiquito de Aragua, le propongo a las autoridades municipales y al pueblo de San Casimiro la creación del premio municipal de periodismo José R Vegas para saldar el enorme daño que se le ha hecho a este humilde sancasimireño.

Crónicas de un sancasimireño


Por: Salvador Rodríguez



San Casimiro: Ayer y Hoy

Por los solares juegan unos niños en sus coros de ausencia.
Juegan a que están vivos todavía, a que nunca se fueron.
Eugenio Montejo.


Has ido creciendo con el tiempo y a destiempo. Ya no eres aquella aldea de tejas y aleros. No eres como te conoció Lucas Guillermo castillo Lara como “Un pueblo muro y pueblo teja, pueblo árbol y pueblo tierra. Pueblo hombre y pueblo cerro”. Ya no eres aquel donde cada casa siempre fue hermana de la al lado y que todavía quedan algunas de grandes ventanales que semejan una cara a punto de estallar de cólera. Hoy la nueva arquitectura se abre paso. Ya no eres aquel que albergaba los excepcionales murales que embellecían las paredes del templo y que hoy yacen en películas de fotografía buscando que alguien los rescate de esta benefactora oscuridad a que los somete Brito. Ya no eres comarca que vio corretear a Eleazar y a Luis Roberto y que en ratos trazaba las primeras letras sobre la tierra llorosa por aquel inobjetable fusilamiento que el eco inacabado rehúsa entregar. Ya no eres polvo mojado con olor a vida donde se cuece la arcilla para moldear la espiritualidad de los ayeres y se fabrique la chistera que nos señale el rumbo de un mañana. Ayer fue un tejido tesonero y hoy la araña del azar devora los intersticios del maltrecho cuerpo. Ya no eres el mismo que broto un níspero en uno de sus costados y lo hizo arbolar para que Lucas Guillermo y Rosalio tejieran en sus sueños y recogieran lo que la historia les tendría reservados. Uno escribiendo libros con mucho papel y tinta desde San Casimiro hasta Calabozo donde el aire nunca ha podido ser encerrado y como potro desboscado recorre la mas pequeña hendidura del Llano; Rosalio preservando la espiritualidad allende como Gobernador del Vaticano. Ahora no eres aquella aldea que recorría Ramón en sus juegos de soldados y que la posteridad escribió con tinta indeleble de que este es un pueblo de generales. Ya no eres aquel que congelo Augusto Nieves por medio de graficas que podrían ser conservadas y expuestas en un pequeño museo del gentilicio sancasimireño. Este San Casimiro, el de ayer y el de hoy, es sable y caballo. De tinta y papel. De barbarie y civilización. Eres Barrialito y eres sucre. Eres Monagas y eres La Chancleta. Amalgama de ayeres y presentes. Eres Eleazar escribiendo nuestra historia y eres Eleazar biografiado por el cronista Oldman Botello. Eres Lucas contando sus crónicas de la tierra y de la sangre. Eres una voz que relataba las historias, como diría el poeta Miguel Ramón Utrera y hoy eres la voz multiplicada en el alma de sus pobladores. Ayer tenias poca edad y hoy celebramos tus 219 años.

4 de Octubre de 2002.

A Bolívar y Don Mariano

I
Simón y Don Mariano
Son hombres muy ejemplares
Tanto el uno, como el otro
Anduvieron por estos lugares

II
Nació pueblo San Casimiro
De un sacerdote Cristiano
Ese año también nacía
El más insigne venezolano

III
En Julio nacía El Libertador
En Octubre San Casimiro
A uno le quiero con amor
Al otro porque lo admiro

IV
Uno con su libertaria espada
El otro con el Santoral
Simón luchaba por tierra amada
y Martí por hacerla funcional

V
Cuando Mariano fundo
Bolívar tendría meses
El fundador no se percato
De ese niño que no perece

Por aquí paso Pastor
Como hermoso Rocinante
Blanco corcel de El Libertador
con la libertad por delante

VI
Mariano con un Rosario
Recorrió estos parajes
Delante de los vecinos
Bendijo a estos lugares.

(A la memoria de Don José Reina, quien dono estas tierras)
01 de abril de 2005

Eleazar visita la plaza Bolívar

*A la memoria de CARLOS D’ MILITA y ELEAZAR CASADO


Camina silencioso por la vía
las casas todavía dormitan
un frió neblinoso impregna el día
y en la Plaza los árboles tiritan


Cuando sale de la casa
ve cosas hechas pedazos
y desde lo alto de la plaza
le ve cara de payaso


Muy de mañana hace el recorrido
la sombra sigue en el camino
caviloso observa el cruel destino
que le inflige inadecuado desatino


Recuerdos vienen a su mente
-que dirá Carlos en el cielo?-
la destrucción significa la muerte
para la historia, sempiterno duelo

¡Gracias Dios no han tocado la figura!
De nuestro Padre El Libertador
Incólume permanece la escultura
Que mira el malagradecido desamor.



08 de Abril de 2005

Castillo Lara, Montejo y la Provincia

Cualquiera Puede Hacer Historia; pero
Solo Un Hombre Puede Escribirla.
Oscar Wilde.

En estos junios sin lluvia. En estos junios cuando los cielos se tornan cenizosos y los truenos zumban sus cóleras en fogonazos eléctricos para alumbrar los desbarrancaderos del cerro los Araguaneyes y este cielito mío se vuelve mucho más negro, señal de comienzo de diluvio sancasimireño y que por un rapto de los vientos se marchan sin despedirse hacia los cielos de la Purísima Concepción de Camatagua.
Allí desparraman sus aguas que tanto se quiere para estos cielos engendrando en las almas barrancos de nostalgias. En este junio donde los vientos barren sueños de agua y estos ya no son sueños y el agua ya no es agua porque embarca, ya no estará Lucas Guillermo Castillo Lara para solemnizar su cumpleaños número 87.
Lucas Guillermo vive en las lejuras redondas, esas mismas de las que habló y que ahora habita el bienlogrado poeta Eugenio Montejo. Llegó allí, el 5 de Junio, para decirle a nuestro poeta Lucas Guillermo Castillo, de que “dura menos un hombre que una vela”, pero que estas 87 velitas en tu cumpleaños sirven para eternizar la lumbre de tus obras.
Allá e esos cielos, donde estos no son negros ni feos, donde no hay veletas que señalen rumbos de esos cielos quietos, llegó Montejo acompañado de Orfeo para hacer de la muerte una celebración. Le tiende la mano al decirle: “aquí están mis amigos, Blas Coll, Tomas Linden, Sergio Sandoval, Lino Cervantes y Eduardo Polo que no quisieron quedarse con el vendedor de flores de Galipán”. Y seguirá la amena conversa sobre el Cristo de San Casimiro y el pueblo con sus calles rotas que hacen de esta Comarca, un pueblo viejo entre montañas viejas. ¡No puede ser! - Diría angustiado Lucas – “San Casimiro es un pueblo nuevo entre montañas viejas”.
De allá de la tierra de Guiripa donde la leyenda de Quirpa hizo de esta tierra, santuario musical de Aragua, nació Lucas Guillermo Castillo Lara el 23 de Junio de 1921. De esta tierra colmada de bucares y rosas de montañas y donde un balcón sirve para soñar al ver pasar a los arrieros que iban hacia los llanos o Caracas y que traían noticias de las guerras y echaban cuentos que quedaron en su mente para luego ser contados por este gran historiador de sitios y lugares ignorados deliberadamente por historiadores bañados de inquina.
Lucas es menos conocido por su poesía, que si llegó a escribirla como la “Del Agua Mínima” y que antes de este y luego del “Fermín Toro”, escribió “Cuando los Pasos Afincaron su Rumor”. En este libro primicerio hallamos crónicas, discursos y poesía, y confiesa su pecado de escritor de versos sin ser poeta. ¡Claro que lo fue! Y allá está Montejo. Lucas, “la Tierra giró para acercarnos” – dirá Montejo – y Lucas añadirá “Cuando yo me vaya me tenderé sobre la tierra”. Es verdad, Lucas, estás tendido en la tierra junto a tu valiosa obra monumental.

EL LEGISLADOR CASTILLO HERNÁNDEZ

No hay más que una historia:
La historia del hombre.
Rabindranath Tagore.


No pretende esta historia ser leída como una primicia. Igualmente no es una nota novelesca, sino el resultado de investigaciones en los libros de actas del Concejo Municipal. Tampoco busca ser un tubazo al decir que el arzobispo Lucas Guillermo Castillo Hernández fue concejal en el Ayuntamiento de San Casimiro de Güiripa en los años 1914 y 1915.

El padre Luquita como todos sus convecinos le llamaban a este pastor, ejerció su apostolado por casi 15 años, desde el 20 de septiembre de 1908, que recibió la parroquia del presbítero Cándido Machado, hasta el 22 de Junio de 1923, cuando es nombrado obispo de Coro.

Estas líneas acerca de la labor de este ínclito hijo de San Casimiro de Güiripa se refieren simplemente al oficio de concejal. Para testimoniar como fue su actuación le ofrecemos el desenvolvimiento de la sesión extraordinaria del Concejo Municipal el 16 de septiembre de 1914. Dice el acta: “El concejal Pedro Manuel Álvarez propuso, en esta sesión extraordinaria por comisión del concejal no presente, párroco Lucas Guillermo Castillo, que como católico, apostólico y romano era justo y laudable que la municipalidad de este Distrito contribuyera con su óbolo a los funerales que se preparan en sufragio y descanso del alma de su Santidad Pío X. Considerada, que fue, propuso el concejal Nicolás Guevara que la Corporación prestara su contingencia de 80 bolívares para los funerales dichos. Siendo igualmente considerada esta quedó por unanimidad aprobada, acordándose la erogación de esta cantidad de la que en caja haya en la tesorería de la junta de fomento de este Municipio Capital”.

Igualmente para corroborar las afirmaciones, citamos la sesión del 14 de septiembre de 1914, “En el día de hoy se reunió el Concejo Municipal del Distrito San Casimiro, con asistencia de los concejales principales Francisco Nieves, presidente de la Corporación, párroco Lucas Guillermo Castillo y Manuel Ledezma Zamora y los suplentes Dr. Juan Pablo Echezuria y Nicolás Guevara. Se dispuso por mayoría, la erogación del tesoro del fomento de la cantidad de 400 bolívares para la compra de materiales para la obra del nuevo cementerio, oficiándole al presidente de la junta y ordenándole la erogación y entrega de dicha cantidad al presidente de la junta directiva de los trabajos del nuevo cementerio”.

Razón tuvo el gran poeta indio, Premio Nóbel de Literatura, en decir que “No hay más que una historia: la historia del hombre”. Sinceramente Lucas Guillermo Castillo Hernández nació para ser historia.

En otras entregas tocaremos el tema del trabajo desarrollado por este admirable paisano, que como ustedes leen no solo fue Salvador de almas, sino que prestó sus favores a las causas del pueblo.



Crónicas de un sancasimireño

Por: Salvador Rodríguez