Por los solares juegan unos niños en sus coros de ausencia.
Juegan a que están vivos todavía, a que nunca se fueron.
Eugenio Montejo.
Has ido creciendo con el tiempo y a destiempo. Ya no eres aquella aldea de tejas y aleros. No eres como te conoció Lucas Guillermo castillo Lara como “Un pueblo muro y pueblo teja, pueblo árbol y pueblo tierra. Pueblo hombre y pueblo cerro”. Ya no eres aquel donde cada casa siempre fue hermana de la al lado y que todavía quedan algunas de grandes ventanales que semejan una cara a punto de estallar de cólera. Hoy la nueva arquitectura se abre paso. Ya no eres aquel que albergaba los excepcionales murales que embellecían las paredes del templo y que hoy yacen en películas de fotografía buscando que alguien los rescate de esta benefactora oscuridad a que los somete Brito. Ya no eres comarca que vio corretear a Eleazar y a Luis Roberto y que en ratos trazaba las primeras letras sobre la tierra llorosa por aquel inobjetable fusilamiento que el eco inacabado rehúsa entregar. Ya no eres polvo mojado con olor a vida donde se cuece la arcilla para moldear la espiritualidad de los ayeres y se fabrique la chistera que nos señale el rumbo de un mañana. Ayer fue un tejido tesonero y hoy la araña del azar devora los intersticios del maltrecho cuerpo. Ya no eres el mismo que broto un níspero en uno de sus costados y lo hizo arbolar para que Lucas Guillermo y Rosalio tejieran en sus sueños y recogieran lo que la historia les tendría reservados. Uno escribiendo libros con mucho papel y tinta desde San Casimiro hasta Calabozo donde el aire nunca ha podido ser encerrado y como potro desboscado recorre la mas pequeña hendidura del Llano; Rosalio preservando la espiritualidad allende como Gobernador del Vaticano. Ahora no eres aquella aldea que recorría Ramón en sus juegos de soldados y que la posteridad escribió con tinta indeleble de que este es un pueblo de generales. Ya no eres aquel que congelo Augusto Nieves por medio de graficas que podrían ser conservadas y expuestas en un pequeño museo del gentilicio sancasimireño. Este San Casimiro, el de ayer y el de hoy, es sable y caballo. De tinta y papel. De barbarie y civilización. Eres Barrialito y eres sucre. Eres Monagas y eres La Chancleta. Amalgama de ayeres y presentes. Eres Eleazar escribiendo nuestra historia y eres Eleazar biografiado por el cronista Oldman Botello. Eres Lucas contando sus crónicas de la tierra y de la sangre. Eres una voz que relataba las historias, como diría el poeta Miguel Ramón Utrera y hoy eres la voz multiplicada en el alma de sus pobladores. Ayer tenias poca edad y hoy celebramos tus 219 años.
4 de Octubre de 2002.
Juegan a que están vivos todavía, a que nunca se fueron.
Eugenio Montejo.
Has ido creciendo con el tiempo y a destiempo. Ya no eres aquella aldea de tejas y aleros. No eres como te conoció Lucas Guillermo castillo Lara como “Un pueblo muro y pueblo teja, pueblo árbol y pueblo tierra. Pueblo hombre y pueblo cerro”. Ya no eres aquel donde cada casa siempre fue hermana de la al lado y que todavía quedan algunas de grandes ventanales que semejan una cara a punto de estallar de cólera. Hoy la nueva arquitectura se abre paso. Ya no eres aquel que albergaba los excepcionales murales que embellecían las paredes del templo y que hoy yacen en películas de fotografía buscando que alguien los rescate de esta benefactora oscuridad a que los somete Brito. Ya no eres comarca que vio corretear a Eleazar y a Luis Roberto y que en ratos trazaba las primeras letras sobre la tierra llorosa por aquel inobjetable fusilamiento que el eco inacabado rehúsa entregar. Ya no eres polvo mojado con olor a vida donde se cuece la arcilla para moldear la espiritualidad de los ayeres y se fabrique la chistera que nos señale el rumbo de un mañana. Ayer fue un tejido tesonero y hoy la araña del azar devora los intersticios del maltrecho cuerpo. Ya no eres el mismo que broto un níspero en uno de sus costados y lo hizo arbolar para que Lucas Guillermo y Rosalio tejieran en sus sueños y recogieran lo que la historia les tendría reservados. Uno escribiendo libros con mucho papel y tinta desde San Casimiro hasta Calabozo donde el aire nunca ha podido ser encerrado y como potro desboscado recorre la mas pequeña hendidura del Llano; Rosalio preservando la espiritualidad allende como Gobernador del Vaticano. Ahora no eres aquella aldea que recorría Ramón en sus juegos de soldados y que la posteridad escribió con tinta indeleble de que este es un pueblo de generales. Ya no eres aquel que congelo Augusto Nieves por medio de graficas que podrían ser conservadas y expuestas en un pequeño museo del gentilicio sancasimireño. Este San Casimiro, el de ayer y el de hoy, es sable y caballo. De tinta y papel. De barbarie y civilización. Eres Barrialito y eres sucre. Eres Monagas y eres La Chancleta. Amalgama de ayeres y presentes. Eres Eleazar escribiendo nuestra historia y eres Eleazar biografiado por el cronista Oldman Botello. Eres Lucas contando sus crónicas de la tierra y de la sangre. Eres una voz que relataba las historias, como diría el poeta Miguel Ramón Utrera y hoy eres la voz multiplicada en el alma de sus pobladores. Ayer tenias poca edad y hoy celebramos tus 219 años.
4 de Octubre de 2002.
1 comentario:
Me sentaré a leer todas estas historias, pues mi abuela de 86 años nos cuenta que nació en San Casimiro y quedó huérfana desde muy pequeña, desde allí fue separada de sus hermanos y no los volvió a ver. Recuerda los nombres de sus Padres como Manuel Herrera y Lucia Palma, entre sus hermanos: Manuel Ramón, Francisco, Andrés, Nina, miguelina y gregoria la menor (de otro papá) ya que su padre falleció primero
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