jueves, 30 de julio de 2009

NAVERÁN

En la década de los noventa, Rómulo Alvarado Romero se mete entre sien y sien la idea de recopilar fotografías de su antiguo Güigüe. Más de 10 años estuvo guardada la hermosa inquietud. Imagino el tremendo hueco en la almohada donde alojó por ese tiempo su bella y sana intención. Transcurrido este lapso le confió a Jorge, su hermano y confidente la grata ocurrencia. Los Alvarado Romero se pusieron en acción comenzando a contactar y visitar a todas aquellas personas de quienes sabían poseedoras de tan encantadora heredad.
Como por arte de magia las cajas, bolsas y baúles se abrieron para dar paso a lo pretérito que recobró vida el 12 de octubre de 2003 con la primera retrospectiva fotográfica titulada “Güigüe a través de la fotografía”. Vislumbro la cara de los Güirgüenses al ver el Güigüe de sus recuerdos como también estremecerse al toparse con sus antepasados; de decirse todo tiempo pasado fue mejor y de todas esas leyendas y cuentos que se alojan en los intersticios de esquinas y rincones de caserones viejos que hoy ya no están. De las miradas que se cruzan al ver en algún lugar de la calle “Ávila”, la fotografía de “La burra de Cleto” y echar a volar la imaginación hasta la morada del secreto compartido.
De esta retrospectiva algo subrepticio quedaba en los rostros de Rómulo y Jorge. Se preparaban para completar su extraordinaria obra. Se reunieron nuevamente y desecharon por desgastado ese eslogan publicitario de que “Una foto vale mas que mil palabras”. De nuevo se pusieron en acción y formaron un comité organizador donde estaban los honorables Rubén Trujillo, Luis Silva, Jorge y Rómulo Alvarado y el cronista oficial Don Ramón Mejías, “Faro cultural de Güigüe”. Este petit comité fue el germen que dio génesis a “La fundación amigos de la cultura de Güigüe”. El trabajo tesonero de estos adalides de los recuerdos más nobles no se detuvo un momento. Fue un accionar diario de ideas y compromiso. Los Alvarado comenzaron a decantar el nacimiento más sublime del pensamiento. En diciembre de 2004 ve la luz la revista “Naverán” con el mejor arpegio de las letras Güirgüenses.
El 19 de diciembre de 2004 se presentó la revista “Naverán” ante lo mas granado de la intelectualidad de Carlos Arvelo. La matrona Emma Pérez bautizó con pétalos de rosa el fruto de los desvelos de esa pléyade de ciudadanos que un día se propusieron arrancarle a la memoria lo mejor de sus recuerdos y traérselos en cuerpo presente a todos los Carlosarvelenses para gloria de las futuras generaciones.
“Naverán” ha ido creciendo en número de páginas y lo mejor: se nutre cada día de las mejores crónicas escritas por los mejores cronistas del país. Hasta el momento no conozco otra revista en su estilo sacada por un puñado de quijotes de la anécdota y la historia mayor.
“Naverán” abre sus páginas con el cronista de Güigüe, Don Ramón Mejías, por ser el faro que alumbra el camino de todos los que escriben ese hermoso sueño de Rómulo Alvarado que no conforme con lo que se dice de la fotografía, de “que aunque usted no sepa leer, nos cuenta una historia, un momento, en fin retrata la historia”, convidó, porque no podía hacerlo sólo, lo mejor de la crónica y la literatura; la anécdota y la historia. O tal vez paseándose en versos de Alejandra Pizarnik donde dice que “no puedo hablar con mi voz, sino con mis voces”. Un saludo sincero para tan honrosa obra.


CRÓNICAS DE UN SANCASIMIREÑO
Por: Salvador Rodríguez
Cada uno es hijo de sus obras.
Cervantes

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