miércoles, 10 de febrero de 2010
Historia del Concejo Municipal de San Casimiro
El Concejo Municipal del Distrito San Casimiro se instaló, por primera vez, el 19 de febrero de 1899 (este año se cumplen 111 años), y su primer Presidente fue el Sr. Reinaldo Alva, probablemente de Valle Morín. En el año 1900 es ratificado el Sr. Reinaldo Alva (comerciante), como Presidente de la Corporación y Rodulfo Requena (dueño del Santo San Casimiro y de la Trilla que fue luego de Rafael Ángel Acosta) como Vicepresidente. Los otros concejales fueron: Pedro A. García e Ignacio Carreño, como miembros princípales y los suplentes, los señores: Juan Francisco Saavedra Rodríguez y Gil Fonseca (extraordínario músico y compositor). En la tercera sesión, celebrada el 15 de marzo de 1900, se incorporó como Síndico Procurador, el Sr. Pedro Manuel Álvarez y quien a su vez era concejal del ayuntamiento.
Desde que San Casimiro comenzó a andar solito y brillar en el concierto de los pueblos de Aragua, han dirigido su destino, 64 personas, hombres y mujeres, que si lo hicieron bien o no (esta crónica no és para juzgarlos), contribuyeron, por muy pequeño que sea su aporte, con la historia política de San Casimiro.
Se podrían citar sus nombres, tomando en cuenta de quienes dirigían el país para tener una idea del tiempo en que gobernaron. En el gobierno del Gral. Cipríano Castro, estuvieron como Presidentes del Concejo Municipal, los señores: Reinaldo Alva, Rodulfo Requena, José María Zamora, Francisco Nieves, Luis Gondelles, Federico Hidalgo, José María Carreño, Ramón Dupré y Miguel Zamora Bolívar. Durante el mandato de Juan Vicente Gómez, llegaron a la presidencia del concejo, las personas siguientes: Mariano Carrera Castillo Veitía, Francisco Nieves, Antonio Valero, Pedro Manuel Álvarez Vera, Manuel Ledezma, Lucas Echezuría, Álberto Peña (padrino de Rubén Sosa), Rafael Antonio Vargas, Jesús María Hidalgo, Francisco Villasana (esposo de la maestra Leopoldina), Rafael Guerra, Ramón Emílio Guerra, Carlos Vicente D`milita, Pablo Guillermo Schwartz.
A la muerte de Gómez, gobernó el país el Gral. Eleazar López Contreras y fueron presidentes de la corporación, los señores: Carmen Julián Salinas (dueño de una alfarería), Nicolás Guevara, Ramón Marrero (según la historia, segundo dueño del negocio en la esquína de Míraflores), Ricardo Seijas, Ernesto Vargas (músico y compositor), Augusto Vilera (dueño de la farmacia “Sor Teresita”) y Rafael Antonio Vargas (músico y comerciante). Después del mandato del hombre de Queniquea, vino Isaías Medina Angarita y en San Casimiro fueron presidentes: Carlos Vicente D`milita, Pablo Guillermo Schwartz, Rafael Antonio Esaá Melgarejo, Rafael Humberto Vargas y César Augusto Nieves Gamarra.
En 1945 es derrocado Isaías Medina Angarita y asume la Presidencia de la Junta Revolucionaria de Gobierno el Sr. Rómulo Betancourt y en San Casimiro son Presidentes, los señores: Ricardo Seijas, Rafael Ascanio Jiménez, Rafael Guerra y Augusto Nieves.
En 1948 un golpe militar saca del poder al escritor Rómulo Gallegos y en la presidencia del ayuntamiento estuvo Rafael Guerra. En el ejercicio presidencial de Carlos Delgado Chalbaud, Germán Suárez Flamerich y Marcos Pérez Jiménez pasaron por la presidencia de la corporación, los señores: César Augusto Nieves, Rafael Humberto Vargas, Ramón Guerra, Pedro Requena, José Hector Curiel, Andrés Aular, Rafael Ángel Acosta, Ernesto Vargas, y Domingo Valero.
En el período democrático, gobernaron en el país: Wolfgang Larrazábal, Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Rafael Caldera, Carlos Andrés Pérez, Luis Herrera Campins, Jaime Lusinchi, Ramón J. Velásquez y Hugo Rafael Cháves Frías, y en San Casimiro dirigieron el Concejo Municipal, las personas siguientes: Néstor Padrón, Luis Alvis, Isabel Gondelles de Acosta, Martín Díaz, Nicolás Segovia, Rafael Parra, José Antonio Gómez, Pedro Meza, Francisco Antonio Herrera, Consuelo Mota de Villegas, Arnoldo Calderon, Ramón Herrera Jiménez, Manuel Alfredo Brandt, Doritza Nieves de Barrios, María Gil de Barrios, Aníbal García, Santiago Gómez, César Federico Álvarez, Matilde Rejón de Bolívar, Noel Rondón Campos, Alfredo Piñango, Raúl Torrealba, Luis Rodríguez, Rafael Rodríguez y Pedro Gómez.
En otra crónica escribiremos de las obras que realizaron al frente de la Presidencia del Concejo Municipal de San Casimiro.
CRÓNICAS DE UN SANCASIMIREÑO
Salvador Rodríguez
Dr. Vicente De Milita
Como el mismo nombre de esta crónica firmaba el Dr. Vicente De Milita las actas de reuniones del Concejo Municipal del Distrito San Casimiro. Antes de ser electo concejal, las autoridades del municipio San Casimiro necesitaron de sus servicios como médico. “ En la sesión ordinaria del día veinte y nueve de septiembre de mil novecientos, el presidente del Concejo Municipal del Distrito San Casimiro, Sr. Reinaldo Alva, manifestó ' que habiendo circulado en esta población la noticia de haber en Monte Oscuro, caserío de esta jurisdicción un caso de viruela, y siendo ésta enfermedad, una de las de más fatales consecuencias, se hizo necesario practicar el reconocimiento, y al efecto se constituyó en dicho caserío el facultativo doctor Vicente De Milita, acompañado del ciudadano Coronel Jefe Civil Provisional del Distrito y Luis María Carballo, Comisario Gral. de Policía de aquella localidad. Constituidos los nombrados en el bohío que habita una familia de apellido Piñero, resultó del exámen científico practicado en una mujer de la casa, ser verdad que está atacada del mal de la viruela, enfermedad contagiosa, que no solo ha hechos estragos en Venezuela, sino también en todos los paises del mundo entero. Oído el informe del facultativo, y la imperiosa necesidad de aislar la variolosa a un lugar distante de las otras casas, a fin de evitar la propagación del mal, sin pérdida se acordó como medida higiénica y del momento construir un rancho cubierto de gamelote, que sirva para degredo, en un punto bien distante, donde se trasladará inmediatamente la mujer variolosa, y las demás personas que sean atacadas de la misma enfermedad, comisionándose al comisario Gral. de Policía de Monte Oscuro, para la inmediata construcción del rancho, el cual se hizo sin pérdida de tiempo y trasladándose a ella la variolosa, siendo el costo del rancho ochenta bolivares que por no haberlos en caja en la administración de rentas, los suplió de su bolsillo…”
A los meses de haberle servido a la población, el Dr. Vicente De Milita es electo primer Vicepresidente del Concejo Municipal del Distrito San Casimiro. El 4 de Noviembre de 1900 el Concejo Municipal del Distrito San Casimiro quedó conformado por las sigientes personas y sus respectivos cargos: Reinaldo Alva, Presidente; Dr. Vicente De Milita, Primer Vicepresidente; Rodulfo Requena, Segundo Vicepresidente; Juan Francisco Saavedra Rodríguez, Síndico Procurador Municipal; y Mariano Carrera, Secretario.
El Dr. Vicente De Milita en fecha del 26 de Diciembre de 1900 perteneció a la junta encargada de “ Los festivales que han de llevarse a efectos con la mayor esplendidez para la entrada del siglo veinte” . Esta junta estuvo compuesta por el Gral. Manuel Rasquin como Jefe Civil Provisional del Distrito, el Sr. Cura Cándido María Machado, Reinaldo Alva, Rodulfo Requena, Antonio Padrón (educador), Lope Medina (administrador), Ramón Emilio Guerra y Mariano Carrera.
El 19 de Enero de 1901 es nombrado para conformar la junta de sanidad junto al Dr. José María Zamora, el Cura Cándido María Machado, Mariano Carrera y el Presidente del Concejo Sr. Reinaldo Alva. También el Dr. Vicente De Milita fue miembro de la comisión de exámen, revisión de cuentas y formación del presupuesto junto a Rodulfo Requena. Igualmente perteneció a la comisión de salubridad pública e higiene junto al Dr. José María Zamora. Años más adelante se encuentra nuevamente sirviéndole a los vecinos de San Casimiro. En la sesión ordinaria del Concejo Municipal de fecha de 19 de Enero del 1906 presidida por el Sr. Ramón Dupré se nombró la junta de sanidad de este municipio capital donde resultaron electos el venerable Sr. Cura Cándido María Machado, Dr. Vicente De Milita, el Dr. Manuel Mele , Mariano Carrera y el presidente del Concejo Sr. Ramón Dupré.
El Dr. Vicente De Milita fue un gran médico venido de Italia que le prestó un enorme servicios al pueblo de San Casimiro cuando éste se encaminaba al siglo XX como también a la población de San Sebastián de los Reyes. Así mismo le gustaba el deporte de los gallos pero no se sabe la razón que lo llevó a poner en venta su gallera. “En la sesión extraordinaria del 30 de abril de 1909, Miguel Zamora Bolívar manifestó haber sido autorizado por el ciudadano Dr. Vicente De Milita para proponer al Concejo la venta del establecimiento de gallera que posee en esta ciudad en la calle Monagas”.
En otra crónica daremos a conocer donde estuvo la gallera del Dr. Vicente De Milita, abundaremos en la vida de este hijo adoptivo de San Casimiro y de algunos jueces de gallera que eran funcionarios pagados por el concejo municipal de San Casimiro.
CRÓNICAS DE UN SANCASIMIREÑO
sábado, 21 de noviembre de 2009
Miguel Acosta Saignes
El llanto de una criatura se dejó oír por los lados de lo que sería la plaza Bolívar de San Casimiro de Güiripa. Quizás el Dr. Manuel Mele tuvo que interrumpir el almuerzo para ir atender el parto de Adela Saignes, hermosa mujer, oriunda de lima e hija de padre francés. Era domingo y ya el Dr. Mele y su esposa María Isabel habían escuchado misa de 10. Comentaban la misa del padre Castillo quien tenía 2 meses al frente de la parroquia. Hablaban de la ausencia del padre Cándido Machado y del agrado que sentían al ver a este cura cuando tocaba los gigantes cencerros. ¡Cómo las tocaba! – habló con nostalgia el Dr. Mele –. Cándido bailaba y gozaba un mundo con sus campanas – acotó María Isabel –, que bueno sería si estuviera en la parroquia, ya que el cura Lucas es bastante serio – terminó diciendo –.
Manuel no se te olvide la chaqueta – le recordó su esposa –, mira que Camburito se está poniendo blanco. Así hizo el doctor, tomó la chaqueta y salió hacia la casa de Miguel Acosta Delgado. Al llegar a ésta, que estaba ubicada donde está el Banco de Venezuela, fue recibido por el procurador que lo condujo rápidamente adonde estaba Adela. Al rato salió el doctor de la habitación y le informó: no hay nada que temer. Es un hermoso varón y está completamente sano.
Era la una de la tarde de ese día domingo 8 de Noviembre de 1908. Había nacido Miguel Segundo como le puso su madre Adela. Miguel siguió creciendo y a los 5 meses y medio fue presentado ante el Jefe Civil General Juan Francisco Rodríguez Saavedra. Acompañaron a Adela como testigos, los señores Ezequiel Gondelles y José Hidalgo Jordán quienes eran empleados públicos. Era domingo 25 de abril de 1909 y ese día fue presentado y bautizado a la vez. Las aguas bautismales las recibió del cura Lucas Guillermo Castillo Hernández y sus padrinos fueron el Coronel Ramón Emilio Guerra – hijo del General Ramón Guerra –, y Ana Dolores de Sánchez.
En noviembre de 1909 se marcha a Río Chico, pueblo del Estado Miranda quien lo ve crecer hasta los 8 años. La región de Barlovento fue el alero propicio para que este insigne sancasimireño se convirtiera en uno de los más destacados intelectuales de Venezuela. Nunca renegó de su origen como algunos afirman. En una entrevista que hizo el antropólogo Omar Rodríguez a Miguel Acosta Saignes, este afirma: “Yo nací en San Casimiro y lo he visitado algunas veces y naturalmente por mi nacimiento soy aragüeño”.
Para demostrar lo antes afirmado por Miguel Acosta Saignes, valga el homenaje que se le rindió a 32 aragüeños el 29 de abril de 1970. La desaparecida Asamblea Legislativa de Aragua celebró un acto especial en honor a la intelectualidad aragüeña. Entre los 32 aragüeños se encontraban: Luis Pastori, Federico Brito Figueroa, Augusto Mijares, Rafael Hernández Carabaño, Simón Díaz, Amador Bendayán, Delio Amado León, Miguel Ramón Utrera, Lucas Guillermo Castillo Lara, Balbino Blanco Sánchez, Ismael Puerta Flores, Miguel Acosta Saignes y el poeta y cronista de Maracay Augusto Padrón de quien citamos sus palabras al referirse al homenaje tributado a estos insignes aragüeños: “Ese acto, sin antecedentes en nuestro país, nos colma de esperanzas, porque vemos cómo han exaltado ustedes algunos valores del espíritu, en momentos en que otras pasiones distorsionan el credo universal del arte, y se obsesionan en querer enturbiar la diafanidad del paisaje”.
Que más muestra para testimoniar de que este Miguel Acosta Saignes es un genuino sancasimireño. En ese tiempo de 1970 el Presidente de la Asamblea Legislativa del Estado Aragua era el Dr. Luis Enrique Aguilar Hostos y el primer Vicepresidente era el Dr. José Casanova Godoy. Este 6 de noviembre se le rendirá homenaje a Miguel Acosta Saignes en una sesión solemne del Concejo Municipal de San Casimiro donde el orador de orden es el Dr. Reinaldo Rojas quien es Presidente del Comité Nacional del Centenario del Natalicio del Dr. Miguel Acosta Saignes.
Crónicas de un sancasimireño : Por Salvador Rodríguez
lunes, 26 de octubre de 2009
El Mocho Hernández en San Casimiro
Los cronistas no se pusieron de acuerdo si fue el 28 o el 29, pero en lo que si convinieron fue que el Mocho Hernández llegó a San Casimiro de Güiripa en octubre de 1899 y que su arribo, hace 110 años, causó una tremolina que hasta muertos dejó. El 22 de Octubre en horas de la tarde hizo su entrada a Caracas, el General Cipriano Castro. Al día siguiente (lunes 23), el Presidente del Consejo de Gobierno, General Víctor Rodríguez hizo entrega formal del poder al General Cipriano Castro. 70 horas después, su Ministro de Fomento, el Mocho Hernández, quien en su mocedad fue carpintero en su nativa Caracas, renuncia a las mieles del poder y se subleva por considerar que el gabinete no cumplía con las expectativas morales y administrativas. José Manuel Hernández se va a los Valles del Tuy y luego pasa a San Casimiro, perseguido por el General Luciano Mendoza, Comandante en Jefe del Ejército Nacional.
Al llegar el Mocho Hernández se producen algunas acciones que han sido contadas utilizando la presunción que solamente permiten entreverlas y no como en verdad acontecieron. Esta crónica no pretende ser la palidonia de la llegada del Mocho Hernández a la población. Todo lo contrario, quiere abordar con claridad apodíctica los pormenores de ese día en que esa cabalgata de muerte (de Luciano Mendoza) se hizo presente y que dejó en la mente de los vecinos todo el terror y desolación en aquellos que tuvieron la suerte de no morir a manos de fieros perseguidores que solo hablaban el lenguaje de la codicia y de la ira.
Algunos historiadores dicen que el Mocho utilizó la vía de Tácata para llegar a Güiripa y luego descender a San Casimiro. Esto no pudo ser, ya que la carretera que une a Cúa con San Casimiro ya era transitable desde 1873 cuando el Presidente Guzmán Blanco ordenó que se construyera. El General Luciano Mendoza era conocedor de la zona, ya que tuvo un campamento militar cerca de Tácata cuando gobernaba Guzmán. El Mocho no conocía el terreno que pisaba debido a que su carrera política y militar la había desarrollado en el territorio Yuruari, donde luchó por la integración de éste al Estado Bolívar.
Otros acontecimientos permiten contradecir lo que hasta ahora se daba como cierto. Don Pedro Manuel Álvarez y su esposa Cleotilde Portilla no pudieron recibir al Mocho ya que para la fecha de su llegada, estas honorables personas no estaban casadas, como si lo hicieron el 14 de Mayo de 1903 ante el Presidente del Concejo Municipal, Francisco Nieves. Hay otra cuestión que derrumba la inventiva de muchos cuando afirman que fue recibido por los Vargas. Esta valiosa familia comienza a conocerse a partir de don Rafael Antonio Vargas y éste, cuando llega el Mocho Hernández, contaba con 12 años de edad ya que había nacido en 1887. Otra opinión manifiesta que el Sr. Pedro Manuel Álvarez Vera dio el discurso de bienvenida al Mocho. No se puede negar pero a contracorriente aparece que “para conformar el Concejo Municipal se debía tener en cuenta que las personas en quienes recayeran los nombramientos fueran adictos al gobierno“. No se puede creer que este ilustre cueño se fuese inmolar en primavera, ya que el sabía a lo que se exponía si daba ese mal paso. Igualmente debe haber intuído de que con el tiempo podría ser el primero entre sus iguales.
viernes, 14 de agosto de 2009
Ana Hortensia
Una de las sancasimireñas que trascendió más allá de las fronteras de San Casimiro de Güiripa, fue sin duda Hortensia de Longo. Se conoció con este nombre luego de que contrajo matrimonio con el andino Rafael Longo, el 30 diciembre de 1930 (día de la sagrada familia). Ana Hortensia Esaá, nació el 9 de enero de 1922, día de San Anastasio (del griego Anástasis, que significa “resurrección”). Es hija de Susana Esaá Melgarejo y natural de Rosalio Vargas. Fue de una beldad extraordinaria que el día que vio la luz, la naturaleza rompió el molde donde había venido. Es bautizada el 4 de agosto de 1922 por el párroco Lucas Guillermo Castillo Hernández y sus padrinos fueron Pedro Manuel Acosta y Ernestina Barrios. Estudió la primaria con la maestra María Herminia Ramos (en la casa del poeta Eleazar Casado), y continuó luego en la Gran Colombia en la ciudad de Caracas.
Su mamá Susana le puso los nombres de Ana Hortensia, que significan, el primero, “con gracia” y el segundo, “huerto, jardín”. Mientras su madre trabajaba en el Hotel Majestic en Caracas, Hortensia era cuidada por la abuela Manuela, madre de los Esaá Melgarejo quienes vivían en la calle Las Dos Quebradas. Allí transcurrió la vida de Hortensia, siempre rodeada por el cariño y los consejos de Manuela que le enseñó el oficio de la costura y otros quehaceres del hogar. Hortensia siguió bordando su vida, solamente interrumpida por los ronquidos del Güiripa en época de invierno y continuó aprendiendo el arte de cocinar y de hacer dulces de su madre Susana, de quien heredó y mejoró muchas recetas y de las centenares que dejó se podrían citar las siguientes: galletas de maíz, galletas de china, torta esponjosa, almidoncitos, dulce de limón, pan larequeño, pan de banquete, torta aniversario, jalea de mango, galletas de jengibre, toronjas abrillantadas, bocaditos Hortensia, turrón Italiano y tortas de bodas Hortensia.
La casa de Hortensia era muy visitada por personalidades de renombre y una de las cosas que ella contaba, era que siempre venía a degustar sus platos de comida, el ministro Presidente del Fondo de Inversiones de Venezuela, el Dr Quero Morales.
Otra de las facetas de esta sencilla mujer fue el canto y la composición. En los velorios de Cruz de Mayo se dejaba escuchar su voz en la Casa de la Cultura don Eleazar Casado. Una de sus composiciones que dejó fue “Salve a la Cruz de Mayo” y de la cual transcribimos dos estrofas: “San José tendió la mesa / pan de trigo que traía / y llamó a su dulce esposa / ven a comer mi María /. Pero ella le contestó / que ella comer no quería / que la dejara llorar / que ella con llorar tenía”.
En estas estrofas, hecha por la savia literaria de Hortensia se nota la nostalgia de su pluma. Se puede corroborar este sentimiento, cuando ya sus hijos, Rafael María (cantante y cuatrista), Francisco (maestro y cuatrista), Marcos (concejal y humanitario), y Aura (maestra), estaban ya casados. Hortensia se deja llevar y escribe en su cuaderno de recetas “que se siente sola y añora a su madre Susana quien es su confidente”. Es lo que sucede a muchas madres y se pueden traer los versos del poeta sansebastianero Parmenio Talavera, para demostrar este hecho, quien escribe: “cuando crecen los hijos y se van con su tiempo / se nos abre un desierto y el alama se adormece; / se nos paraliza el corazón y se nos va el aliento: / se nos muere la esperanza y la tristeza crece”.
Ana Hortensia Esaá de Longo recibió reconocimientos y diplomas de varias instituciones: del Concejo Municipal de Charallave, de la Casa de la Cultura de Maracay, Casa de la Cultura don Eleazar Casado y del Comité de Rescate, Costumbres y Tradiciones (buen invento de Alirio Nieves y su esposa) en los 211 años de la fundación de San Casimiro de Güiripa. Igualmente Hortensia compartió con Juan Vicente Torrealba, Lalita Marrero, Hector Pérez Lavieri y Ana Luisa de Pérez. Allí también se escuchó su voz dulce y tierna.
Hortensia quiso y la quisieron y todavía la recuerdan con veneración y para muestra esta parte de un poema (cumplía un mes de su partida) escrito por su nieto Douglas y que dice así: “Gracias al corazón de Jesús / que te dio esa gran virtud / de ser madre y ser abuela / y que pudimos nosotros / disfrutar a plenitud”.
Ana Hortensia Esaá de Longo partió de este mundo terrenal, el 14 de enero de 2009, (día en que la Divina Pastora, recorría las calles de Barquisimeto), y llegó junto a su madre Susana que era lo que más deseaba y que lo testimonia la escritura dejada en su recetario, cuando escribe: “madre te recuerdo cada segundo, algún día estoy contigo gozando de la gloria de Jesús”.
Cerramos esta semblanza de la vida de Hortensia, citando nuevamente al poeta Parmenio Talavera que en su poema “Semblanza de mi abuela”, deleita con esta hermosa letra: “Hoy, como siempre, abuela, te recuerdo: / con tus copos de nieve en tu cabeza, / con tu rosa y tu Cristo de siempre; / con tu valor, tu temple, tu entereza”.
Sirva esta descripción de la abuela para recordar el día en que murió su hijo Marcos. Ese día, la bella señora Hortensia se comportó tal, como la letra del último verso del poeta de San Sebastián.
Crónicas de un sancasimireño Salvador Rodríguez
martes, 4 de agosto de 2009
Salvador Rodríguez
Nació en San Sebastián de los Reyes y vive en San Casimiro de Güiripa desde el segundo día de su nacimiento. Maestro de aula en las Escuelas Ollas de Caramacate, Jacinto Silva de Valle Morín, Roncador y Estadal El Mamón. Fue director de catastro urbano y promotor social del Concejo Municipal de San Casimiro. Encargado del Censo Rural en la administración de Herrera Campins.
Es compositor del pasaje “Aparece Génesis” con música del maestro Fileno Torrealba, igualmente tiene otras letras que esperan por la música. Actualmente termina la letra del Himno de la Escuela Luis Roberto Casado del caserío el Loro. También escribe poesía teniendo sin publicar los poemarios: Épicas Rimadas y Ríos de la Aldea.
Ha colaborado como columnista en los periódicos: El Periodiquito y el Aragüeño (Aragua), La Antena (Guárico), Hoy, El Diario del Sur (Semanario), Diario Vea, Correo del Pueblo (El Universal). En las revistas: Contraloría al Día (Contraloría del Estado Aragua) y A Plena Voz (del diario Vea).
Actualmente colabora en los diarios: El Samán Impreso (Cagua), El Clarín de la Ciudad de la Victoria y en la revista Naverán de Güigüe, Municipio Carlos Arvelo del Estado Carabobo. Ahora tiene en preparación un material para la revista Morocopo de la población de Tejerías, Municipio Santos Michelena del Estado Aragua.
En la radiodifusión tuvo dos programas en Gema 106.05 FM que se conocieron como: “De Historias Has de Vivir porque no sólo de pan vive el hombre” y “Crónicas de ayer y hoy”. Actualmente hace el programa “Rastros y Rostros de la historia” por la 92.3 “La Voz de San Casimiro” (Comunitaria).
Recibió la condecoración “Fe María Coupart” (segunda clase) que se otorga a los docentes del Municipio San Casimiro”. En ocho ocasiones ha sido orador de orden de algunas instituciones. Desde el 15 de febrero de 2006 es Cronista Oficial de San Casimiro (se juramentó ese día ante el Concejo Municipal) y luego el 19 de junio de 2009 fue juramentado como Cronista perteneciente a la Asociación Nacional de Cronistas Oficiales de Venezuela en la Ciudad de Juan Griego Estado Nueva Esparta.
CRÓNICAS DE PULPERÍA
Trae Jorge Alvarado en sus Crónicas de Pulpería, el legado que le dio su padre José Alvarado, el cuál fue el ejemplo de aquilatados principios y una profunda sensibilidad social que vertió para quienes llegaban a la “Bodega de Pepe”, que fue como se conoció la bodega de su padre y como dice Jorge: “era tan sencilla que ni siquiera nombre tenía”. Esta bodega, situada en el cruce de las calles Arvelo y Junín, del barrio Turen de la población de Güigüe, Municipio Carlos Arvelo del Estado Carabobo, era muy parecida a las bodegas que existieron en San Casimiro de Güiripa y que hoy, todavía en pie, se halla la “Bodega la Colmena” (fundada en 1.925), atendida por Andresito, el hijo de don Andrés Carballo, otrora timonel de este mágico recuerdo de las pulperías.
Las bodegas de Güigüe como las de San Casimiro fueron caja de resonancia de noticias y chismes recién horneados, cuando la radio no existía, pero siguieron siéndolo luego de que en mayo de 1.926 surcaron los aires, las ondas hertzianas de la emisora AYRE y se escucharon las voces de Rafael Guinan y Edgar Anzola como también en 1.935 a raíz de los sucesos que derivaron de la muerte de Gómez, se oyó la voz del presidente Eleazar López Contreras.
Aquí en San Casimiro hubo bodegas modestas que carecían de nombres, pero que anunciaban sus productos en el periódico “El Burro”-escandaloso, según su responsable Rafael Parra-. Entre estas pulperías: la de mi tío Felipe Esaá, Ramón Guerra R, la de mi padre Juan Esaá y la de Ricardo Seijas. Otras figuraban con sus nombres: Bodega el Carmen (de Urbano Moreno), Panadería Central (de Antonio Quiroba), Bodega San Expedito (de Rubén Sosa) y Pasaje el Carmen (de Marcelino Armas).
Una de las cosas que no cuenta el libro de Jorge, es la tradición de la ñapa – quizás no la había en Güigüe- en las postrimerías del siglo XIX, cuenta el cronista Eleazar Casado de que “en San Casimiro hubo una asamblea de comerciantes que tomó la determinación de acabar con la ñapa, exceptuando al comerciante Santiago Melchor Álvarez, dueño de bodega “La Llanera” que estuvo donde está hoy “La Perseverancia”. Santiago sostenía tan tradicional costumbre ya que su negocio era muy concurrido, mañana y tarde, por un gran contingente de mandaderos y pobres empleados. Acabar con la ñapa en San Casimiro partió de un tal, don Honorio- no recuerda bien Eleazar -. Los comerciantes convinieron en derogarla o fue por su propio peso. En breves días se propagó la noticia –en las pulperías-…se acabó la ñapa…y los chicos respondían: Eso crees tú!”
Una auténtica pulpería fue “La Colmena” – existe hoy-, cuando era atendida por don Andrés Carballo. Allí se vendía manteca vegetal “La Campana”, papelón, chimó “El sol” y “Vencedor”, tabaco en rama, tabaco hecho, cigarrillos “Bandera Roja”, creolina, alpargatas de goma y de suela, chinelas, velas de sebo – para las espinillas - ,mantequilla “Lactuario Maracay” – detallada con una paleta de madera-, carburo, guaral,mecate,cambures,topochos,cafenol,aspirinas,saldiguera,guayacol,azulillo, sal en grano, trompos, metras, carricillos para cometas, “Bay Run” ,jabón “Reuter”, quinchoncho , fríjol, ñame, aguacates, tortas, buñuelos, besos de coco, hojas de maíz para envolver las hallaquitas, casabe, leña en astillas, guargüeros, -hechos por la negra Carmen Rengifo-,hallaquitas de maíz-elaboradas por Rosa de Vera- y otros productos que la memoria no afloja.
Don Andrés Carballo- siempre vestido de franela blanca salpicada de tabaco en rama-, anotaba las ñapas en unos papeles agarrados por un sujetador y que se podían cambiar por cambures o para ir al cine -.Más acá en el tiempo entregaba unos bonos –en cartoncitos- que decían ñapa y que se negociaban en la misma pulpería .Igualmente había pegado en la pared un almanaque “Rojas Hermanos” sostenidos en las cuatro esquinas por clavitos encima de un cartoncito para que no se viniera abajo esta especie de oráculo del cual se aferraban los clientes para saber cuando vendrían las lluvias, poder sembrar, podar una mata y de las fases de la luna . En el tiempo siempre se mantuvo como una variedad rara de la vigilancia los recordados Antonio Acosta (chivita) y Augusto Almeida (el policía de Ortiz) y que algunos molestaban al ponerles sobrenombre.
El libro de Jorge da luces para comprender las actuaciones de los seres de hoy. En esas pulperías se transmitían saberes, enseñanzas y valores, que son el tema de hoy – estos últimos – y de muchos, y que sino se practican va hacer difícil recuperarlos, como aquellas pulperías que se nos fueron y que hoy están atrapadas en el cautivante libro “Crónicas de Pulpería” del buen amigo Jorge Alvarado.
Realmente Jorge debe haber ejercitado la memoria cuando muchacho, ya que Justino Guaira (músico y barbero), lo ponía a leer las noticias antes de afeitarlo y cuando lo afeitaba le preguntaba acerca de lo leído. Este ejercicio y rociado con “Bay Run” es el remedio infalible para una buena memoria.
¡Que siempre sea, amigo Jorge!
Crónicas de un sancasimireño
Salvador Rodríguez