jueves, 24 de julio de 2008

MARTÍN DÍAZ SÁNCHEZ, MAESTRO SIEMPRE

Dios guía los pasos de los hombres

Bolívar en carta a Bernardo O´Hggins.

En una de esas madrugadas lluviosas de junio, salió la comitiva hacia San Casimiro. En casa había quedado su madre Santiaga Sánchez. Martín Alejandro Díaz Sánchez traía como compañeros de viaje a Martín Díaz Barrios, su padre, al director de la escuela Felipe Larrazábal, Prof. Rafael Martínez y al mecánico Pedro José Puerta, conductor del chevrolet color azul año 38. El trayecto no resultó un vía crucis, a pesar del calor que comenzó cuando dejaron atrás a San Juan de los Morros; pero de San José de Cagua a San Casimiro de Güiripa deja el cuerpo maltrecho y la ropa como si hubiesen atravesado los Médanos de Coro por la cantidad de polvillo que delataba la indumentaria de los viajeros. Era el tiempo del tercer hombre de la revolución de los andinos: Elezar López Contrera.

Llegaron a las 9 de la mañana. Luego de sacudirse el polvo del camino se presentaron en la pensión de Doña María Luisa Hidalgo de Casado, viuda del educador y periodista Luis Roberto Casado. Después de las presentaciones y mostrar recomendaciones, el director Rafael Martínez le informó a la viuda de que “el joven Martín Alejandro es un aventajado estudiante que acaba de obtener su certificado de suficiencia de Educación Primaria Superior avalado por un promedio de 20 puntos luego de ser examinado en prueba escrita, oral y práctica”. Su padre intervino y acotó “Martín estará una o dos semanas, mientras conoce la escuela y el pueblo para luego venirse en septiembre antes de que comiencen las clases”.

Martín conoció la población e hizo amigos y amigas. En septiembre vino para quedarse entre nosotros hasta el sol de hoy, ya que aquí se casó con Rosa Vilera y procrearon 3 hijos. Wilfredo, Mirta y Cándida. Wilfredo murió en un accidente automovilístico antes de que cumpliera la mayoría de edad.

Comenzó en la escuela federal Francisco Iznardy ubicada en la calle Monagas y se alojó en la pensión de María Luisa de Casado, situada donde está hoy la Biblioteca Virtual. El maestro Martín ha sido siempre un hombre estudiado y en hacer siempre el bien a los demás. Un hombre que su sabiduría siempre la ha transmitido a sus semejantes, quizás guiado por el pensamiento de Bolívar de que “el objeto más noble que puede ocupar al hombre es de ilustrar a sus semejantes”.

Igualmente Martín fue profesor de contabilidad y de aritmética mercantil en la escuela de artes “Pedro Rafael Buznego Martínez” con un sueldo de 120 y 160 bolívares mensuales respectivamente. Comentaban muchos de que “el maestro Martín tiene los dos apellidos del autor de “Mene” pero no escribe novelas, sino discursos”. El maestro Díaz se fue ganando el cariño y el aprecio de alumnos y de alumnas y de los padres de estos. Muchos son los sancasimireños, como también de otros que vivían acá a quien el maestro Martín le dio clase. Podríamos mencionar algunos junto a sus profesiones: Pascuala Piñango; maestra, el difunto Edecio Echezuría; cronista de Camatagua, Ramón Armando Arguinzones; traumatólogo, Irma Moreno de Paredes; le dio clase y la enseñó a bailar, Manuel Carrillo; poeta; el difunto Pedro José Ochoa; Juez rector del estado Apure, Francisco Ochoa; perito, Josefina Gómez; maestra, Carmencita Requena; locutora, Rafaela de Calderón; maestra, Doritza Nieves; Presidente del Concejo Municipal, Carmen Felicia Ochoa de García; maestra, Carmen Coíta; maestra, Castor Echezuría Esaá; músico, el negro Gil, Celia Nieves de Vilera, la negra Casado; hija de Luis Roberto Casado, Hilda D´Milita; secretaria, el morocho D´Milita, Alí García; prefecto, José Rafael García, Leonardo - Cile - García, Isolina Gómez; la siempre bella reina, José María Ochoa, Hilda Delgado, Isabel Delgado, Elías Delgado, Aura Moreno de Betancourt, las hijas del Dr. Álvarez; Celina y Alicia y tantos otros.

La mano férrea de la dictadura enrumbó los pasos hacia otros destinos, pero siempre guiados por Dios. A Martín lo bota la dictadura perejimenizta y ante esta arremetida los alumnos sacan un volante que imprimió el tipógrafo Rafael Parra donde se pedía la incorporación del maestro Martín y de la maestra Mari de León y se manifestaba de que no querían al director. Nada se pudo hacer y al maestro Martín se le despidió con una hermosa fiesta, pero salpicada de nostalgia, en la casa de la familia Vilera. Allí le entregaron una hermosa carta firmada por la hoy maestra Carmen Felicia Ochoa, fechada en julio de 1949 y donde entre otras cosas decía: “le expreso mi agradecimiento al maestro por cuyos esfuerzos y conocimientos me ha sido posible ver coronados mis estudios de Educación Primaria Superior. Mi gratitud”. Firma, Carmen Felicia Ochoa.

Martín siguió otros caminos pero siempre guiado por Dios. Trabajó en el Banco Agrícola y Pecuario en la ciudad de Porlamar. Luego lo trasladan a La Guaira. Después lo encontramos en el Banco Agrícola y Pecuario de San Casimiro, ubicado en la casa donde vive Pedro Manuel Acosta en la calle Miranda y finalmente en San Juan de los Morros.

Con el correr del calendario fue administrador de rentas del Concejo Municipal cuando fue presidente la señora Isabel Gondelles de Acosta, concejal, profesor de castellano del Centro Superior de Educación Especial “Pedro Rafael Buznego Martínez” y delegado de la sub-comisión de deportes.

Hoy el maestro Martín Díaz vive en su casa de la calle Monagas, rodeado de apuntes de contabilidad y máquinas de escribir, llevando los libros de los comercios de San Casimiro y de las visitas que le dispensan sus antiguos alumnos, sus excompañeros de trabajo del Banco Agrícola y Pecuario como la señora Elizabeth López de Córcega. Igualmente lo viene a mirar y compartir con él su sobrino Asdrúbal Castillo; Presidente de los Cronistas de Aragua. Pero siempre con un chiste y siempre guiado sus pasos por los designios de Dios.



CRÓNICAS DE UN SANCASIMIREÑO Por: Salvador Rodríguez

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