¿Cuánto me dan y yo les entrego
a Jesús?
Judas a los jefes de los sacerdotes
Mateo 26:15
Comenzar con un epígrafe esta crónica ayudará a imaginarse la vida de Judas Iscariote luego de entregar el divino maestro por 30 monedas de plata como también la vida de Miguel Antonio Valero Requena y de otros versificadores de testamento de Judas.
Estos hombres actuaron y actúan – los que están vivos – como especie de vengadores de los pobladores ante las actuaciones de sus representantes o líderes.
El lunes bien temprano comienza el trajín del día, bien sea en el cafetín tomando el cafecito mañanero o la compra del periódico. La gente pregunta cómo estuvo la quema del Judas. A quiénes les dejaron versos y qué decían. También comienza la concha de estos poetas populares que no dejan verse hasta que no pase la calentura o el mal sabor que deja para muchos de los nombrados. Igualmente son bastantes los que se arriesgan a contar con pelos y señales los versos dejados por el que vendió a Jesús.
San Casimiro de Güiripa, igual que cualquier pueblo de Venezuela tiene personajes que poseen el don natural para la composición de versos que los pobladores esperan con ansiedad en la tarde del día de resurrección. Unos se aprenden de memoria el más mínimo detalle para contarlos y lo exhiben como trofeo y se le ve en la cara el ajuste de cuenta al mal funcionario o a las personas que dejan mucho que desear en sus procederes. Dicen unos que “la venganza es fría y se sirve como plato caliente”, al día siguiente del domingo de resurrección. Los que fueron aludidos esgrimen para justificar el verso que les dejó el traidor de “que si el Judas los nombró es porque son importantes en la población”.
Uno de los más brillantes versificadores fue, sin duda, Miguel Antonio Valero Requena. Nació en San Casimiro el 25 de julio de 1909 y murió el 20 de septiembre de 1987, cuando había cumplido los 78 años de edad. Miguel Valero estudió hasta primer grado, pero tenía buena letra, realizaba inventario a los comercios, fue un ducho escabino que le ganó un pleito a Juan Esaá Melgarejo – mi padre – cuando este era juez del distrito – hoy Municipio – y cobró por la defensa 5 bolívares. Miguel tuvo 2 hermanos, Ruperto y Alfredo Valero. Casó con la señora Carmen Suárez – difunta -, de cuya unión nacieron los hijos Miguel Armando, Providencia, Eva Teresa – La Negra, esposa de colorao -, y Sixta Margarita. Al separarse de su esposa procreó otros cuatros hijos, Elba, Miguel, Héctor – El maestro tucuso -, y Elena.
Miguel fue un contador de historias y versificador brillante para la quema del muñeco – “así le dicen en San Casimiro -, el día de resurrección”. El difunto Manuel Brandt fue concejal del partido FND – la campana – y más adelante se fue con el partido Acción Democrática. Esto trajo el disgusto del farmaceuta Adolfo Castro – dirigente de la campana -, quién le reclamó a Brandt. Miguel Antonio se enteró de lo ocurrido y cuando llegó el día de la quema de Judas compuso el siguiente verso:
Manuel Brandt con ese voto
Bailó la maricutana
y Adolfo Castro me dijo
“me quedo con la campana”.
Hay otros brillantes versos que se le atribuye al equipo de Miguel Valero, Andrés Avelino Martínez y Luis Requena, y que hizo molestar al difunto Víctor Seijas. El señor Seijas fue chofer de plaza y duraba para ir a San Juan de los Morros más de una hora en llegar. Viendo esta actuación le compusieron este verso:
El carro de Víctor Seijas
corre como un Apolo
se gasta media hora
de San Casimiro al Loro
El Loro es un caserío de la población de San Casimiro y está bastante cerca para gastarse ese tiempo.
Andrés Avelino comentaba – ya que Luis y él estaban bravo con Miguel -, de que sin Miguel no había la chispa que necesitaban para escribir los versos del Judas. Luis Requena y Andrés Avelino hicieron lo imposible para que Miguel volviera a hablarles, lo lograron y esta vez los versos hicieron reír hasta hacer doler el estómago a los sancasimireños. Veamos el siguiente verso:
El tiempo ya me venció
mi barba se puso larga
esperando las ñapitas
de mi primo Rafal Vargas
Don Rafael Vargas – en el verso aparece Rafal -, fue el fundador de la casa comercial “La Perseverancia” fundada en el año 1912. Supuestamente a Rafael no le gustaba dar ñapas y le compusieron el verso que acaban de leer. Verso – por supuesto -, cargado de nostalgia.
Lo han contado muchas personas, que Miguel Antonio junto a su equipo de redactores – Luis Requena y Andrés Avelino -, se enteraron – supuestamente – de que el poeta y cronista Eleazar Casado – difunto – tuvo una novia, pero no le gustaba que lo supieran. El trío de poetas populares le compuso un verso a pesar de que Eleazar financiaba la fabricación del Judas. Este fue el verso que le hicieron:
Hermano Eleazar Casado
que le echa de santurrón
porque atiza la candela
sin acercarse al fogón
O este otro que le hizo Miguel a su gran amigo el difunto José Antonio García, quien tenía un defecto en la pierna:
Zamuro come bailando
este en el refrán del día
me gusta ver caminando
a José Antonio García
Otro gran versificador es Julián Carranza, quien hoy vive un retiro en la comunidad de Zuata de San Casimiro. El verso que sigue a continuación corrobora lo genial de la pluma de Julián:
Al amigo Juancho Requena
hombre de gran talento
le dejo para que goce
bolívares mil quinientos.
Contado por el mismo Juancho es la historia del verso que leyeron anteriormente, “de que Juancho tenía una novia a quien le regalaba 1500 bolívares y la mujer se puso a decirlo y llegó a oídos de Julián. Cuenta Juancho de que se molestó - no con Julián sino con la mujer -, pero luego reflexionó y dijo: el del talento es Julián”.
Otros versificadores ha tenido San Casimiro de Güiripa como el difunto Rafael – Rafailo – Pérez, Juan “tatarí” Hernández, el maestro Castor Navarro quien le deja este regalo al “camaleonismo” que viven los partidos bien sea de la cuarta o la quinta república. Hay quien sueña en fundar alguno para dar inicio a la tan añorada sexta república. Veamos pues el verso:
Se que voy a morir
y muero muy resentido
porque no queman conmigo
los Judas de los partidos.
De la cuarta los hay blanco
verde y amarillitos
en la quinta lo que hay
son todos camaleoncitos.
pero lo que estoy seguro
es que son rojos rojitos
Otro gran versificador es Elpidio Boullón quien es patrimonio “viviente” por sus 40 años ininterrumpidos bailando la burriquita. Veamos este verso que le compuso Elpidio Boullón a Isidro Antonio Castrillo, quien le encanta sacar hasta 4 muelas a una persona:
Me está doliendo un colmillo
que casi veo al demonio
pero no pongo mi boca
en manos de Isidro Antonio
Miguel Antonio Valero, parafraseando el epígrafe decía, cuando recogía para hacer el Judas, “cuanto me dan para hacer el muñeco y yo les entrego un testamento”.
AGRADECEMOS AL SR. ALFREDO PIÑANGO QUIEN NOS SUMINISTRÓ DATOS IMPORTANTES PARA LA REALIZACIÓN DE ESTA CRÓNICA.
CRÓNICAS DE UN SANCASIMIREÑO Por: Salvador Rodríguez
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